Cuando estoy solo no puedo ver ni mi mirada, señora oscura. ¡Qué lo sepas en tus días nuevos! Y no es de ayer… y nada más… bueno sí, caprichito. Es hora de pensar en ti: ¿Cómo se nos fue?, quiéreme. Si oscureciera para siempre volvería… ¿Dónde están ahora los otros?, ¿para qué discutir? ¡Eh!, ¿dónde esconderte mis ansias?, que siguen… Y además, sí tú me supieras saber… que no, que no, que no te responsabilizo, pero… antes casi supiste, pero tú y los tuyos y ese erase una vez… cosas destruidas, distraída mía… ¿Y ahora? ¡Sí no fueras! Colores que bañaban… ese vivir tuyo del tanto como eres, ¿Entonces? ¡Sí ni sorbos ni rocío! Ufff, estoy siempre a punto, ¡qué gusto o muerte! Hasta el agua de tu sexo te arrancaría en este momento, líbrame de extrañar.
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