Ese era el meollo del asunto, la previsión de una época en la que ya no estuvieran juntos, un tiempo futuro en el que desaparecería todo lo que venía sucediendo y ellos se convirtieran en fantasmas que vivirían en la memoria del otro, y por eso andaban hablando de niños y de que querían tener uno.
Por primera vez en la vida él empezaba a tener un poco de miedo de sí mismo. Ella, una alegría que no había sentido en meses.
La Navidad lo jodería todo.
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