Vidas cruzadas (muchas cosas que amar)

Hubo dolor. Hubo miedo. Hubo confusión. Hasta entonces solo había habido besos. Salió y se cargó a dos vecinos, pero eso era lo de menos.

Arreglar las cosas para estar a solas era difícil. Días antes, los bien guardados pechos fueron suyos. Disfrutó con gozo de aquella última desnudez, algo inimaginable. Había en ella muchas cosas admirables, muchas cosas que amar, si bien, también la dejó de lado al percibir que los sentimientos de ella no eran tan sólidos como los suyos.

Después de aquello silencio y cuatro largos días sin nada para ese que no pedía un favor dos veces, ni una. Nuevo año, el consabido corte de pelo, adquirir un par de rebajas, y como si tuviera su nueva vida. Lo cierto era que no le interesaban las chicas sanas y normales.

PEBELTOR

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