Tag: soledad

21
Nov

El resto puede esperar

No quería ni mirarle, siempre hermosa y con los dedos largos y las venas marcadas. La niña que fue. Hasta le pareció que él le había susurrado demasiado alto.

Bien pronto, ese se dio cuenta de que hacer todo lo que podía no era todo lo que ella necesitaba. Llevaban años juntos, pero como si no los hubiera habido. Tiempos atrás le quitó la soledad, los miedos, las dudas.

No obstante, uno y otra necesitaban procesar la realidad. Habían perdido buena parte de su casa, sus enseres, y casi que a su familia. Tenían que aprender a volver a tenerse.

De vez en cuando era bueno echar la vista atrás, y recordar dónde empezó todo. O que no pasase necesariamente nada, y que se necesitase estar solo, sola. No ser lo que el otro pudiera ver, ni lo que pudiera pensar, ni decir… no ser nada de eso. Quizás, con el paso de los días y los trabajos volverían a picarse por todo, o reírse por nada… sus enfados, sus abrazos.

Al final, era mejor no reclamar nada, alejarse y sujetarse con los ojos, escribir con otras manos el dolor de uno mismo. Pertenecer.    

PEBELTOR

Castigo de Dios y de los hombres en la Tierra

 

28
Sep

Los amantes

Con el viento mostrando una vieja canción y las cosas a medio hacer y un dolor que no tenía cura, además de sentir al mes de octubre, cuales antiguas murallas y roces del crecer, no podían cruzarse de cualquier manera, ni tampoco elevarse palabra alguna.

Un viento que los dejaba más si cabe aislados y postrados en una vieja canción, algo inaudito porque se querían, se amaban, se necesitaban. Cada cual en su bastión. Como solitarios entendiéndose consigo mismos; sin hablarse, sin verse, ni siquiera conocerse. Soledad y extrañamiento de mil maneras posibles con todas las desnudeces y comparativas. Mentiras que necesitaban de complicidad, por el miedo de mirar a ambos lados y no verse ni tenerse.

Viento que mostraba una vieja canción, además del mar esperando que pasasen cosas bonitas, con sus olas llenas, altas y bajas, domando todas las crestas posibles ansiando vivir todas las vidas; sabiendo algo que era seguro.  

23
Mar

El valor del tiempo

Pareciera que no, pero sí. Había un momento en la vida en donde se precisaba escaparse a ese lugar donde se cruzaba lo viejo y lo nuevo y recordar esas maneras de hablar, de comer y donde el silencio no tenía más señuelo que servir para muchas miradas diferentes y ninguna, como si se descubriera algo nuevo, dejando a un lado las cosas que decimos, las cosas que hacemos.

Ese bazar de la calidad, ese disco de silencio. El frío de la madre.

La casa, ese lugar del que marcharse con tantos recuerdos con los que se había llenado. Nada más ensordecedor; donde antes se vivía con soledad y ahora con compañía en la ruleta de los días, los años y los tiempos. Donde alguien vivía sólo para tener un lugar adonde volver siempre. Dulce y salada.  

29
Dic

Soy mejor en los recibimientos

Soy mejor en los recibimientos -dijo y pensó-. Las despedidas provocan una extraña sensación. Hay en ellas algo de envidia. Los hombres se van para poner a prueba su valor y si algo se pone a prueba es nuestra paciencia al prescindir de ellos o tal vez por lo bien que soportamos la soledad.

(Extracto del libro Memorias de África)

Quizás sí, la tierra fue creada para que no podamos ver el final del camino:

la maleta sigue cargada de nuevos y viejos libros que van saliendo.

Porque un escritor siempre tiene la literatura para responder a la realidad.

Gente normal haciendo lo correcto, o todo lo contrario. 

Entonces me quedaría sin nadie.

De no poder ser escritor, lector y espectador,

al margen de los días y los trabajos.

www.pebeltor.com

Feliz Año 2023

 

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