Si hoy fuese el último día, y lo supiésemos, ¿te atreverías a llamar al timbre con un regalito a ese extraño vecino/amigo/querido que tanto da por c…? ¿Superarías las ganas?, ¿lo irrefrenable?…
No se necesita mucho: un poco de cartón, unos garabatos, el cielo prometido.
Felicidades si tienes la chispa. A veces sobran milagros.
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