Tag: cerrar los ojos

21
Mar

No era paz, era silencio

La primera vez que le seguí se llegó hasta un extraño lugar de su calle, al comienzo de la parte alta, y desapareció por el portal de uno de aquellos edificios. Ninguna tela disimulaba o apaciguaba del todo su estado, sin vacilaciones, sin tropiezos; y el aspecto acogedor se agradecía, como los edificios que se distinguían desde abajo. Pero no se oía ni una voz ni un ruido.

Yo había cumplido sus instrucciones cabalmente, y le había prestado la mayor atención en estricto silencio. Además, uno siempre tiene la excusa del azar, de la involuntariedad, de la coincidencia. Y eso que estuve a punto de soltar una voz y de descubrirme con ello.

Le gustaba caminar, es cierto, aunque también se decía que fingía de maravilla. Si bien, ahora que a mí me han dado la noticia, en seguida comprendí tal necesidad. Y soy yo quien no quiere hablar. También hay quienes cierran los ojos para ayudarse a imaginar que todo es un sueño y que el diagnóstico es otro.    

10
Sep

La juventud, que se fue para no volver

La juventud, que se fue para no volver. No pasa un solo día sin que los recuerdos, la camaradería, la ilusión interpreten erróneamente mi expresión.

Las sofocantes madrugadas, los recreos embutidos en largas jornadas de trabajo, sonreír al ceño fruncido de los amigos, el inagotable conocimiento del tiempo, cerrar los ojos para apreciar mejor sabor del primer bocado. También ser espontánea, generosa. O el tirar de aplomo para pronunciar un discurso impecable sin ceder a la menor vacilación aparentando ser ciega y sorda. Y rellenar las copas a la velocidad precisa para crear el ambiente propicio a las confidencias. Todo influye.

Más lo bueno siempre perdura en la memoria y se proyecta al futuro, que, todavía, cuando me miran podría notar el rubor de mis mejillas y hasta podría sentir el tacto de los dedos; un asombro que me expondría y del que necesitaría tiempo para recuperarme, abrumada por el estupor. Y medio reiría, una risa que no lograría disipar del todo la tristeza que flota como una nube tenue y sombría. Pero reiría, cristalizando el nerviosismo… y no hará falta mucho más, pues tampoco necesitará terminar las frases para interpretarme, aunque tengamos una inquietud muy parecida al miedo con movimientos de los que cortan la respiración… Me lo he explicado muchas veces. 

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