Con calma aparente, ese padre intentaba congeniar con su hija, pero se le revolvía la jovencita:
-Sí papá, como dice mamá ´nunca discutas con una mujer, ellas son capaces de recodar cosas que aún no han pasado´.
-Oye, ¡por favor! No me seas ni hagas caricatura de nadie… ¿Vale?- la regañó.
Se quedó Giacinta como la novia de un espantapájaros, pero él hizo que volviera a ser su dama blanca…
Extracto del libro Grecas y Lunares. Disponible en Amazon.
Para los niños, pequeños y mayores.
La noche afuera continúa para todos,
que no ese lugar donde cerrar los ojos,
las ventanas y las palabras.
Guerras y más guerras.
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