Categories: Extraños (Blog)

Sobre la juventud

El trecho fue corto y se hizo largo. La juventud. Daba miedo volver a los recuerdos. Equidad y normalidad vistas con distancia. Y al igual que un preso, la gente pensaba que querían salir de ahí, de la juventud, de la cárcel, cuando los tiros estaban fuera, más adelante.  

De adulto, un helado cualquier tarde, los domingos por la noche una lata de mejillones si acaso… Nada de celos entre hermanos, amigos, amigas, el mar, la mar, ni esa tensión acumulada en los hombros, como de haber estado preso, entusiasmado. Ahora bien, faltaba algo, lo que se iba dejando, la evasión o la victoria del crecer.  

Antes se era muchas cosas, ya no. Los muertos estaban muertos. Ni siquiera se podía hablar de lo que fuera, o se podía abrazar sin que pensasen de más o de menos. Era algo más que el lenguaje, o las lecturas del colegio/instituto, o el ser hijo de alguien… Cuando se era mayor la gente tenía que verlos tal como eran, sí o sí. Había que dar explicaciones, y no como las de antes.

Si bien, cada uno recordaba la historia a su manera. Mauricio estaba colado por ella. Y Margaret hacía todo lo posible porque él se fijase en ella. Así pasaron la juventud, los veinte, la treintena, y casi que los cuarenta. Fue entonces cuando se percataron que no habían hecho las suficientes travesuras de niños. Ni se habían llegado a enviar las postales o cartas que se dedicaron…

A sus años, y con las propias necesidades que veían, sentían, no se trataba de inventar una posibilidad. Es más, las celebridades no cometían asesinatos.    

Pedro Belmonte Tortosa

Share
Published by
Pedro Belmonte Tortosa
Tags: celebridadesmuertospresorecuerdostravesuras

Recent Posts

Cada uno llora lo que siente

Al fin su hijo era un sacerdote y ella era una cristiana. Él sí que no merecía besar el polvo…

5 días ago

Un pueblo para hacerse mayor

Y volviendo la cabeza hacia el interior oscuro y silencioso de la casa escuchaba también el choque de dos monedas,…

2 semanas ago

Se pasó un mundo echando la vista atrás

Había creído sentir sobre la boca el vientre viscoso y frío de un sapo, o cien. Sí, la tristeza era…

3 semanas ago

Amar no es para todas las edades

Pero la nobleza se oponía por su propia esencia a esas igualdades. Si no había podido moralizarla, no la tendría.…

4 semanas ago