Pude con el mejor equipo universitario. Guie a un impetuoso ciego de poco más de metro y medio. Conseguí bajar unos kilos de más sin desmoronarme. Cené por espacio de dos horas con un médico que decía hablar sin extrañezas con los pacientes que están en coma. Sé de las anécdotas más indecorosas que les suceden a los masajistas… Y me han despedido por criticar a mi jefe con un retrato exacto de nuestra ´próspera´ sociedad, cansada ya de ser su aliciente y esas alabanzas ventajistas: perversiones. ¿Acaso el pecado no puede ser concebido en un estado natural?
-Tienes la oportunidad de ganarte tu futuro- decían.
¡Total! que una no deja de estar a cuatro patas viendo sin ver, afilada.
-Las niñas de hoy, líderes del mañana- decía mi abuela con el poder de quien no tenía el poder, inmóvil sombra que persistía en los azotes del tiempo.
Al menos yo me muevo, afilada pues.
Escribir un comentario