Palabra que no puedo. Créeme que te di nombre. Sé que lo habrás hecho bien. Créeme, no ha habido forma. No me acostumbro. Son muchos pueblos, dispersos; y no se sabe por qué me coinciden los días. Este año es poco propicio, es así.
Comprendo mucho tu razón de ser. ¡No te olvido bailarina mía!, no te olvido. Dejaré que me empujes… Dos cosas antes: vuelve, ¿vale?, y huélela, es tuya. Te la mereces.
Te extraño pequeña. Hija, no te quedes a dormir fuera de casa por esto, no vuelvas a decirle que te di permiso; luego te recojo. Mamá te habrá visto, seguro que habrá abierto una rendija por entre las nubes: luce su sol extraño.
No quería ni mirarle, siempre hermosa y con los dedos largos y las venas marcadas. La niña que fue. Hasta…
En Villaciruela estaba prohibido leer, escribir. Las señoras habían de serlo siempre, admirables en cualquier circunstancia. Afortunadamente siempre existía otro…
Por muy diferentes o parecidas que sean, y cosas hirientes que se digan, las religiones unen a las personas. No…