Categories: Extraños (Blog)

Parecía quererle, más que a sí misma

Parecía quererle, más que a sí misma. Si bien,

en las últimas esquinas de sus pechos dormidos

el valor dejaba paso al miedo de otras oraciones.

Un horizonte de perros ladrando quiso interrumpirlo, pero no,

relumbraba el querer, cuadrada y blanca la noche, en ella.

Siete gritos, siete sangres, y siete dobles quebraderos tenía ese,

el de la casada infiel, en su mar de juramentos almidonados.

En fin, agudo norte que ni de aire rizado. Amor de escalofrío, y alcoba de silencios.

Turbias huellas lejanas, y presentes yemas de soledad esquiva: breves sueños indecisos.

Pedro Belmonte Tortosa

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Pedro Belmonte Tortosa
Tags: aire rizadocasada infielmar de juramentospechos dormidossiete gritossoledad esquivasueños indecisos

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