Adiós a demasiadas cosas, extraña… Adiós.
Toca convertir lo extraordinario en anodino, sí, toca.
Se finaliza aquí, sin más coloquios ni venidas cualquiera.
Mejor es nada que tenerlo todo y, no poder, ni saber disfrutarlo.
No quería ni mirarle, siempre hermosa y con los dedos largos y las venas marcadas. La niña que fue. Hasta…
En Villaciruela estaba prohibido leer, escribir. Las señoras habían de serlo siempre, admirables en cualquier circunstancia. Afortunadamente siempre existía otro…
Por muy diferentes o parecidas que sean, y cosas hirientes que se digan, las religiones unen a las personas. No…
Mientras las gentes del lugar afrontaban sus problemas, otras tomaban conciencia del dolor con una honestidad entrañable. Uno de cada…