Crear esta categoría poética no estaba en mis planes, si bien, ciertas distancias me condujeron a dejar de ser un matemático de cabecera, y probar otras ciencias menos nóveles. Y cuando llega ese momento en el que todo a de salir a la luz no hay explicaciones razonables, ni modelos, sino conductas… Y yo quería poder mirarme de otro modo, por eso mismo desarrollé este poemario, en donde todo es erróneo, igualitario y conjunto pujante. La obra Anhelo, más allá del mar resulta extraña, incorpora otras voces, pertenece, además, a esa rara ciencia que no se endereza y de la que no siempre es aplicable, por lo que siempre está presa y empequeñecida en su río de lodo, o a punto de ser una luciérnaga… Contrariamente a lo que pudiera parecer, la poesía sale sola cuando no se sabe contestar al propio entramado social, por eso mana, flota, paralizando hasta lo inútil o las indiferencias.
Y me pregunto, sobre ese mundo que ni es broma ni mata, pero que sí retrata y endurece. ¿Qué precio tienen las emociones?, ¿sobrevivimos a ellas o es disimulo?… Y no pretendo inocular veneno, por eso dejo que vayan saliendo, sin adornos ni trucos; me parecen demasiado importantes esos sentimientos, como para no implicarme y saber apartarme, reuniéndolas en estos cachitos tan dispares… Es más, hasta puede que las reúna con algunas instantáneas creadas para la ocasión. Añadirle esos otros dibujos a esa belleza no estaría mal, quizás lo haga… Todavía faltan algunos guiños, dichos o sentencias, para que el Aneho y el Mar se abracen a la servidumbre humana, entre tanto que sigan creciendo las hojas de hierba y que las canciones de hielo y fuego nos ayuden a pasar el tiempo,… con sus tormentas de espadas… y los botes solidarios,… las farsas de la Natividad… y cuantos vientos de invierno que nos ciñen a las luces de bohemia: muñecas malditas.
Uso la expresión belleza y no otra, para calificar todo ese compendio de anhelos, porque es el mejor modo de sintetizar el efecto que nos haría una mesa de cristal, viéndonos los pies y enseñándonos que todo podría ser una gran verdad o mentira, de no ser por el espesor de la materia, que unas veces se toca y otras no.
No quería ni mirarle, siempre hermosa y con los dedos largos y las venas marcadas. La niña que fue. Hasta…
En Villaciruela estaba prohibido leer, escribir. Las señoras habían de serlo siempre, admirables en cualquier circunstancia. Afortunadamente siempre existía otro…
Por muy diferentes o parecidas que sean, y cosas hirientes que se digan, las religiones unen a las personas. No…