-En enero se mata mejor, pero hoy no quiero matar a nadie- dijo la malnacida en busca de un poco de paz, con sed de mar, cual marino que perdió la gracia del mar.
-No puedo hacer de niñera de una mujer madura -le contestó con la calma luchada, empezando su avasallador carrusel.
En fin, el amor y lo que no era amor: ese secreto que los ojos no sabían guardar.
No quería ni mirarle, siempre hermosa y con los dedos largos y las venas marcadas. La niña que fue. Hasta…
En Villaciruela estaba prohibido leer, escribir. Las señoras habían de serlo siempre, admirables en cualquier circunstancia. Afortunadamente siempre existía otro…
Por muy diferentes o parecidas que sean, y cosas hirientes que se digan, las religiones unen a las personas. No…
Mientras las gentes del lugar afrontaban sus problemas, otras tomaban conciencia del dolor con una honestidad entrañable. Uno de cada…