El mundo sigue girando, pero que gire. Sabiéndole cerca ni el polvo del tiempo, el cielo o la ceniza me alcanzarán. ¡Este va a saber lo que es el cuaderno de la eternidad! Hoy seremos errantes y se olvidará del acuerdo prenupcial. En ese papel a lo sumo le dibujaré miradas que no se le puedan borrar en mil vidas.
Durante tantas sumas, durante tantos días, seguimos teniendo oportunidades. Porque los hombres jóvenes se han ido; vestigios que quedan de la razón humana. Me niego a empezar ahora. ¿Qué no me ha dado tiempo a sentir?, ¿cómo renunciar si ya he hecho de todo?
-Amor- dicen.
Les oigo hablar a mis espaldas y pienso en eso de quedarme sola. Sólo falta un empujoncito… intuyo los pasos. ¡Jamás he tenido tanta voluntad!… Ni en la playa aquella con el extraño de su hijo. ¿Dónde regresar?, ¿a cambio de qué? Mi desnudez siempre será mía. No he dicho nada porque no había nada que decir. Además, ¿qué hombre se va de copas después de pegarle un tiro a un chaval inocente?
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