Un puñado de caramelos, alocadas y compulsivas carreras al aire, castigos sin venganza y el sonido de la ausencia propició que la frase yo tampoco quería a tu padre cuando nos casamos, invariablemente cobrase sentido todos los días. Una y otra vez.
Ese tenía sed y como que no tuviera nada más que comer. Yo le era capital. Alguien deseada. Me exhibía, me pavoneaba, presumía de mí. Compró la belleza… en esa sociedad decente de los parecidos.
600 vecinos me apellidaron como él. El orangután. Una persona no humana. Y eso que decían que la era de los ´super empleos´ lo iba a cambiar todo. Una definición que no resuelve nada. El hospital clínico no debía únicamente diagnosticar. Noches insomnes; sus nervios; la herencia; sus tics. La reina loca no nació ayer. Cinco palabras clave tengo: comprobado, beneficio, dinámico, personalizado y disfrutar. Palabras que no se contraponen con los mejores perfumes. Los Chanel Nº 5, Good Girl, Blue Grass, Pleasures, Love in Paris o los consejos para cuidar las manos y los pies ya ni son aspectos relevantes en la batalla. Deseé que se le ocurriera algún comentario inteligente para que pudiera hacerse eco, dado que estaba su madre al lado, su única voz, pero lo único que pudo y supo hacer fue negar con la cabeza y sonreír. Las casas de los rusos son eso para mí: acabaría dejando ciego a todo el mundo.
No quería ni mirarle, siempre hermosa y con los dedos largos y las venas marcadas. La niña que fue. Hasta…
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Mientras las gentes del lugar afrontaban sus problemas, otras tomaban conciencia del dolor con una honestidad entrañable. Uno de cada…