La habitación del pánico… Me río yo de su pánico, ¡y que la primera vez!… Tiene que entender una cosa antes de nada, y se lo haré ver bien clarito: hay gente más solitaria y ocurrente. No sabe lo que le espera a ese de tan alta cuna. Ni concentrarme en leer puedo de lo que le va a doler de gusto.
Va a vivir sin permiso una temporadita… O quizás no, lo mismo hasta ni ignoramos la debilidad detrás de ese bocado de realidad y el uniforme. Ya que estoy seré muy, pero que muy extraña, ¡sí!, el compromiso marca la diferencia… hasta me veo de secretaria de dirección en su ejecutiva como lo haga sudar de lo lindo: una promesa es una promesa, eso dijo. ¡Total!, lo niego todo, incluso lo que veo, como cualquier ciego que se precie.
No quería ni mirarle, siempre hermosa y con los dedos largos y las venas marcadas. La niña que fue. Hasta…
En Villaciruela estaba prohibido leer, escribir. Las señoras habían de serlo siempre, admirables en cualquier circunstancia. Afortunadamente siempre existía otro…
Por muy diferentes o parecidas que sean, y cosas hirientes que se digan, las religiones unen a las personas. No…