Categories: Extraños (Blog)

Con la vista alzada

Fue magnífico verle tocar. Era uno de los recuerdos más vividos que guardaba de su infancia. Fue como la primera vez que vi aviones volar. Su madre nunca había llorado delante de él. Sollozó hasta casi quedarse ciega. Ni siquiera se había imaginado que fuese ella; la voz nunca le fue extraña.

La rubita bajita de ojos azules y larga cola de caballo no es que le buscase tres pies al gato. Su madre, de pronto, hizo cosas importantes en el mundo, sí o sí. Ése fue uno de los servicios, los otros, conseguir una buena transformación. Pasaron semanas, y con las fotografías ya en permanente exhibición, empezó a reconocerlo gente extraña; si no era el chaval del escaparate ¿por qué ese exceso de emoción? ¿Por qué sí?, ¿por qué no?

Ni los músicos minimalistas o los de las óperas tan modernas. Toda la gente criticó. De habérsele puesto la piel oscura jamás hubieran llegado al ´ni contigo ni sin ti´. Una con largo cabello y otra con pelo corto se estrecharon mutuamente entre los brazos, dándose estabilidad. Y no en cualquier sitio, sabían dónde se encontraban. ¿Quiénes no eran necesarios? ¿Qué quería decir con eso? Sencillamente, rebatir lo de esas cosas no pasan.

Retirar la denuncia y no enviar a nadie a la cárcel, hasta de los que trabajaban de 8h. a 15h. fichando a la entrada y a la salida, fue otro agravante. Había horarios infinitos. A su madre le entró tal pavor, que le dio tanto miedo de quedarse sin su hijito que estuvo a punto de perder el juicio. Ella se confundía, no por miseria a mansalva. Sabía que su criatura tenía más de cuarenta y uno, pero no ese capitalismo de acumulación. Infinito porque lo llamaba de todo: ¿Estás enfadado contigo mismo, Archie, Rose? Tía Mildred sí que se fue a Berkeley, como si se hubiera visto obligada. No pudieron estar más de acuerdo.

 

Pedro Belmonte Tortosa

Share
Published by
Pedro Belmonte Tortosa
Tags: esas cosas no pasanni contigo ni sin titres pies al gato

Recent Posts

El resto puede esperar

No quería ni mirarle, siempre hermosa y con los dedos largos y las venas marcadas. La niña que fue. Hasta…

13 horas ago

Un libro que creía olvidado

En Villaciruela estaba prohibido leer, escribir. Las señoras habían de serlo siempre, admirables en cualquier circunstancia. Afortunadamente siempre existía otro…

5 días ago

Castigo de Dios y de los hombres en la tierra

Por muy diferentes o parecidas que sean, y cosas hirientes que se digan, las religiones unen a las personas. No…

6 días ago

Si naciste para martillo…

...del cielo te caen los clavos.

1 semana ago

En tiempos fue…

...como llamar a una cabina de teléfono.

3 semanas ago

Por un hijo suyo

Mientras las gentes del lugar afrontaban sus problemas, otras tomaban conciencia del dolor con una honestidad entrañable. Uno de cada…

3 semanas ago