Para el hombre sin rostro no era un detalle menor. Tratar de entender la conducta de ese ser humano le llevó a experimentar nuevas formas de amar. Bajo tierra seca la volvería a alimentar, aun reconociendo tener problemas de salud mental y tener que lidiar con todas las mujeres que era.
La conoció con cara de susto, tiempo atrás cuando miró por la ventana y más allá de la terraza y las copas de las palmeras se veían los barcos atracados en el muelle, el rompeolas, el mar y su perfume cabalmente definido.
Sería el único pasajero de vuelta.
No quería ni mirarle, siempre hermosa y con los dedos largos y las venas marcadas. La niña que fue. Hasta…
En Villaciruela estaba prohibido leer, escribir. Las señoras habían de serlo siempre, admirables en cualquier circunstancia. Afortunadamente siempre existía otro…
Por muy diferentes o parecidas que sean, y cosas hirientes que se digan, las religiones unen a las personas. No…