En la Base se les intentaba inculcar a esos chicos una disciplina que ordenase sus vidas y les diera oportunidades, y al margen de las apuestas, en su mayoría lo conseguían, y eso que su mayor miedo no era no encajar, sino usar su fuerza de modo desmesurado, algo que inconscientemente hacían al librarse de su propio miedo, tiempo antes de ser reclutados. Esa era la ecuación a resolver en primer término, que la ignorancia no diese lugar al miedo, ni éste al odio para luego dar con la violencia. Realmente, necesidad de trabajar no tenían ningunos, de dinero sí, y miedos por el mundo inconmensurable y lo inacabado del mismo.
El sexo de las embarazadas (PEBELTOR)
La importancia de saber elegir,
y de mirar a los ojos de la gente
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