Hoy en día, que la gente sabe el precio de todo y el valor de nada, aún andamos con los espejos de fuga, el juego del tiempo y la invención del viaje… pero soñamos, la misma armadura de siempre, aunque con todo y con esas, siempre vamos a necesitar a alguien que nos cuente algo que no sabemos. Y todo puede ser, extraños o no.
Danzar y danzar, para remover las más dolorosas heridas. Fíjense en la imagen: Ni un viaje de diez metros dio ese. Pareciera que los pecados le seguían. Nauseabundas razones, llegó a pensar. Y de todas ellas, una muy necesaria: jamás la había olido, tocado, besado. ¿Los ricos son siempre ricos?, ¿por qué la madre y el bebé deben estar siempre juntos tras el parto?, anduvo cavilando ella, si bien los horizontes ya dormían en el océano.
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