Booktrailer
A quienes saben manejar, las pizcas de maldad
-Sueña el rey que es rey, y vive con este engaño mandado, disponiendo y gobernando; y este aplauso- se paró y pidió a la peque tal gesticulación, a lo que accedió -que recibe prestado, en el viento escribe- siguió interactuando con ella -y en cenizas le convierte la muerte, ¡desdicha fuerte!
-Así la conciencia nos vuelve cobardes a todos y así el primitivo matiz de la resolución desmaya con el pálido tinte del pensamiento, y las empresas de gran aliento o importancia, por esa consideración, tuercen su curso y pierden el nombre de la acción. Pero… ¡la hermosa Ofelia! Graciosa niña, espero que mis defectos no serán olvidados en tus oraciones.
-¿Qué hay quien intente reinar, viendo que hay de despertar en el sueño de la muerte?
Si puedes estar firme, cuando a tu alrededor todo el mundo se ofusca y tacha tu entereza, si cuando dudan todos, fías en tu valor y al mismo tiempo sabes, excusar su flaqueza.
Si puedes esperar y a tu afán poner brida, o ser blanco de mentiras y esgrimir la verdad, o siendo odiado, al odio no dejarle cabida y no ensalzas tu juicio ni ostentas tu bondad.
-Yo misma os mataré con mis propias manos. ¡La vergüenza qué me hacéis pasar!- dijo ella, la cocinera, madre, esposa y única patria, su mar.
Si sueñas, pero el sueño no se vuelve tu rey, si piensas y el pensar no mengua tus ardores, si el triunfo y el desastre no te imponen su ley, y los tratas los mismo, como a dos impostores.
-¿Quién querría llevar tales cargas, gemir y sudar bajo el peso de una vida afanosa, sino fuera por: temor a algo tras la muerte, la ignorada región de cuyos confines ningún viajero retorna, temor que desconcierta nuestra voluntad y nos hace soportar los males que nos afligen antes de lanzarnos a otros que desconocemos?
Yo debería tener un infierno para mi cólera, un infierno para mi orgullo, y el infierno de las caricias; un concierto de infiernos.
Si puedes soportar que tu frase sincera sea trampa de necios en la boca de malvados, o miras hecha trizas tu adorada quimera, y tornas a forjarla con útiles mellados.
Si puedes mantener en la ruda pelea, alerta el pensamiento y el músculo tirante, para usarlos cuando en ti todo flaquea, menos la voluntad, que te dice:
Y si puedes llenar los preciosos minutos, con sesenta segundos de combate bravío, tuya es la tierra y todos sus codiciados frutos, y lo más importante
-¡Para, para! Vamos a escucharnos. En alto. Que suene bien, ¡vívelo Roberto! Justo aquí te espera una gran universidad. De sobra sabía que se quedaría sin voz, más ni arrepentido ni encantado, se dejó de confesiones:
-¿Qué es más elevado para el espíritu, sufrir los golpes y dardos de la insultante fortuna o tomar armas contra el piélago de calamidades y, haciéndoles frente, acabar con ellas?
-Viene a decir que toda potencia emergente entra en conflicto en algún momento con la potencia dominante. Lo teorizó un estadounidense, Graham Allison. Para mañana quiero unas líneas sobre eso. Entre cinco y diez, bien claras, y con un ejemplo. No quiero que se repitan errores pasados- defendió.
-¡Esta es la reflexión que da tan larga tregua al infortunio! Pues ¿Quién soportaría: los ultrajes y desdenes del mundo, los agravios del opresor, las afrentas del soberbio, los tormentos del amor desairado, la tardanza de la ley, las insolencias del poder y los desdenes que el paciente mérito recibe del hombre indigno, Cuando uno mismo podría procurar su reposo con un simple estilete?
El otro, con una vida normal, en nada cruel ni mostrando graves consecuencias. Todo un profesional.
Si entre la turba, das a la virtud abrigo, si marchando con reyes, del orgullo has triunfado, si no pueden herirte, ni amigo ni enemigo, si eres bueno con todos, pero no demasiado.
Una vez que lo inevitable nunca pasa, siempre ocurre lo inesperado
Quiero ser la más guapa vista por ti. Quiero que me mimes como a una niña pequeña.
-Yo sueño que estoy aquí destas prisiones cargado, y soñé que en otro estado más lisonjero me vi. ¿Qué es la vida?- se ayudó, y mucho, de las manos. -Un frenesí. ¿Qué es la vida?- incidió. -Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño:- la miró de todas, todas. -que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
Guarda a tu amigo bajo la llave de tu propia vida.
nada es veneno, todo es veneno, solo depende de la dosis
-Yo misma os mataré con mis propias manos. ¡La vergüenza qué me hacéis pasar!- dijo ella, la cocinera, madre, esposa y única patria, su mar.
-Morir…, dormir; no más. ¡Y pensar que con un sueño damos fin al pesar del corazón y a los mil naturales conflictos que constituyen la herencia de la carne! ¡He aquí un término devotamente apetecible! ¡Morir… dormir, tal vez soñar!
Frases como la sociedad se ha infantilizado y la culpa es nuestra, daba para adivinar.
¿Qué es?
Una novela en la que todos podemos observar nuestro entorno y nuestras propias vidas. Así, se intenta desplegar una inmensa capacidad narrativa en boca de esos niños, protagonistas, que empiezan a crecer y requieren de sus introspecciones al llegar a la edad juvenil, quizás la última frontera.
Con buen gusto y proporción estética, hay una supuesta aceptación de las relaciones desiguales, valores que conforman lo abrupto de las convivencias y elementos marco para captar uniones. Amén de un feminismo que avanza porque las mujeres duermen con el enemigo. Y pasa lo imposible con total tranquilidad: son niños, están en el lado correcto de la historia.
¿Y cómo comemos?, la alimentación es clave también, es la suma de todo.
¿De quién trata?
Ellis, joven que va a un colegio público. Tiene fondo y crea opinión, se preocupa, y le encanta el baloncesto. Es el eje y el amigo común; no hay nada que genere más sufrimiento que su sobrepeso en su madre (Begoña). Tiene abuela, de esas que dicen cuándo llama: el que no viene se muere. Sus amigos, destacando a Bret, Ah Yi y Adriana, que también son compañeros de clase.
Todos, son longevidad indefinida. Sacan temas controvertidos: drogas, inmigración, divorcio, precariedad, okupas; y cultura, humanidad… porque al ser niños se desarrollan para explicarse, quieran o no. Son la verdadera elegancia.
Y hay profesores, como Irish Times y su estado vital, o Majarro; y ordenanzas, tales como Don Diego y Rebeca. Además del tito o el padre de Ellis. Marcas. Como la de la hermana del deportista, que brilla con galantería.
¿Cuándo se desarrolla?
La obra transcurre durante el curso académico 2017/8, si bien, se centra en el mes de junio. Mes destinado a los nuevos adultos, que tratan temas singulares y trascendentales, pero también muy emocionales con sus miradas mágicas y no tanto.
Inquietudes, con sus miserias y placeres, donde la era tecnológica deja paso a las generaciones. Pequeñas grietas que transitan en todas las direcciones. Y es que la vida, tras la niñez, es complicada, más, si se les obliga a escribir.
¿Cómo se trabaja?
Contando acontecimiento vividos y otros de abismal contraste, hilvanados con los apegos feroces de unos niños escolarizados, observando y disgregando sus significados, porque actúan sin posibilidad de evadirse. Página tras página van sucediéndose los presentes de un niño, Ellis, y sus amigos y compañeros, el abuelo y la demás familia, entre otros, de manera espontánea podría decirse amablemente, lo cierto es que hay secretos que no deberían rebelarse, pero salen. La gente lleva su biografía en los ojos, donde se contraponen las ideas y confluyen las necesidades.
La excusa es un Concurso de literatura, con oratoria incluida, aunque en esa edición lo que prima no es el baile en sí sino lo duros que puedan llegan a ser consigo mismos, dado que la profesora quiere que se expresen encarnándose afiladamente, priorizando los asuntos del alma; lógicamente caben las melancolías. Ese cara a cara lo dice todo, si bien son niños, luego es una novela de hombres y mujeres que parten de un subtítulo cada cual. Alguno podría decir, perfectamente: Yo no voy a morir; no solo eso, sino que dentro de treinta años seré más joven. Son el futuro, lo que se cuida y lo que no. Negocios, vacaciones… lo atemporal.
Adentrarse en tales familias es la principal embajada a la guerra. La muerte de la muerte. Un pellizco de tristeza donde toda mujer singular, que las hay, y muchas, en repetidas ocasiones vuelven a donde se sienten seguras, aburrimiento y espera. ¿Será la señal de que han perdido?
¿Dónde sucede?
El resultado de la obra es lo importante, por más que se haya ubicado en España, bajo un contexto europeo de habla hispana, para hablar sobre todo aquello que conforma la vida: matrimonio, juventud, madurez y el trato cotidiano amén de los comportamientos sociales y las exigencias profesionales. Con el lugar se permite al lector vestirlo de varias maneras diferentes.
La mera distracción o el conjuro de reflexiones distan unos cientos de kilómetros de Madrid, que es centro y anonimato. No obstante, podría ser otro barrio, siempre y cuando tenga un aire cargado de intimidad, sustentada por la atracción y los tiempos limitados, pues todos tienen fecha de caducidad en la obra: pero existen y actúan, en privado y en redes sociales, prensa, etc.
¿Por qué?
Porque se pretende un espacio editorial inteligente. En toda sociedad, o colectivo, los hay que sienten auténtica fascinación, gentes de arte, de ciencias, más o menos capaces, favorecidos y desgraciados; y maestros.
Podemos llegar a sentirlos y vernos obligados a exponernos también.
¿Para qué?
Conviene ver gente corriente en sus vidas comunes, no habiendo sido elegidos por el universo, recibiendo y entregando mensajes. El reino olvidado de los niños que pasan a ser mayores es una esfera común, y lo último que se pierde, sí, pero lo primero que se queda al fondo de las eternidades… sin saber por qué, como en dos mundos.
¿Puede un hecho insignificante cambiar la vida de una persona?, ¿acaso somos todos escritores que escapamos no se sabe bien de qué?
¿Qué formato se aplica?
Se escribe en prosa. Para narrar transversalmente los infinitos, la piedad y las vulnerabilidades de esos niños y sus adultos. Cabe todo en la vida, escandaloso no hay nada.
Los títulos de sus trabajos, y algunas lindeces, quebrantan cada plano de conciencia avalando ese tiempo tan complejo en el que perviven. Hay libros, reglas.
Los labios, al besar a un niño, tu niño, no mienten. No son modas pasajeras, ni cristales, es moda, de la eterna. Y eso quiere la profesora de sus alumnos, con ese Concurso escolar: que aprendan de la vida mucho más leyéndola que viéndola, por ello les pide que hablen y traten de sus emociones. Porque cada cual tiene que tener sus propios secretos, y sus ejercicios para dos.
“No necesito que me protejas, sino que me acompañes”, eso es lo que una madre y esposa diría en la adversidad, pero en esas cotidianidades, solo queda sitio para otras cosas, gestos y miradas escondidas. Con tal respiración, y el pudor de los mayores, los inviernos duermen las ciudades y los campos en los estíos y el transitar del deber de relacionarse.
No hay sanguijuelas, no hay majaderos ni hechizos del corazón. Todo es oro puro, infancias, mares sin dueños. ¡A la mierda con lo que es honorable! Es raro el amor, un fenómeno neuronal, pasado y futuro de bolsillos rotos, vagos puntos de fuga. Lo dice alguien que aprendió a huir de la guerra antes que a leer: y son muchas dependencias autodestructivas enredado en mil sueños.
Corazones en la niebla que no encuentran su lugar se resume el libro con el don de la fiebre, más hay palabras que nos llegan con apariencia de mendigo y son huracanes, porque los niños y los mayores han de encontrar su lugar, y ese Concurso, les supuso una oportunidad:
Todo ello significaba hacer algo diferente, más bien hacia el límite. Además, eran un equipo comprometido y complementario por más que se trastabillasen los unos a los otros. Conocían su humildad, sabían que en breve se separarían por unos meses, hasta el nuevo curso seguramente. Otro reto humano.
(hermana pequeña)
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