Dimito. La falta de entendimiento tiene ahora su correlato. Falta todo. Es más, de los ecos de lo que pasó ayer mejor casi que no hablo.
-Camina. Los ángeles nunca se van- dijo el inocente.
El despertar va a ser duro… Ya no hay amor, no queda mucho bueno de ese único juego en el que hay que empatar. Toca decirse aquello del discurso médico y ni mirarse la piel -sí, todos son iguales-, y tirar con la fuerza irreverente de la ironía -¡estás mejor sin él!- o hacerse acopio de valor más primerizo -¡ya vendrá otro!-… Está claro que hacer las cosas bien no significa que vayan a salir bien. En todo amor que se precie la sensación de irrealidad y de absurdo que se logra cuando se quiere todo te deja sin la sombra más alargada… la de una. Poderoso enemigo esta música para feos, porque era feo el cabrón… ¡Y cómo mentía!, un día hasta me dijo que estaba muerto, ojalá fuese cierto. ¡Será cabrón!
-¡Pero qué guapa eres niña!, ¡sí es que no te merece!- me dice mi madrecita… Lo que sé es que se me ha quedado cara de boba y de extraña.
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