Las acreditaciones siempre me dieron asco, y las mudanzas no contenían besos algunos. Ese mundo me equivocaba… y fueron un montón de veces. Aquel modelo, y los diez segundos del después me hicieron no hablarles más; el caso es que no dejo de pensar.
-Elige todo- me dijo siempre mi madre, -en una relación no te conformes- insistía con su autoridad, como que sentenciando e impartiendo justicia. Y yo, sin la entrega de nadie y con el trato recibido y este mal oro. “¡No!, ¡No!, ¡No!” pienso al recordar esa humillación, al tiempo que me emperro bien sola… En una taberna gobernaría mejor todos estos reveses… aunque el beneficio no es de lo más premiado; dan ganas. Todavía una se estremece por los -¿Me arrodillo yo o tú?; ¡Y lo que estás disfrutando!; ¿Eres mi esposa o mi reina?; ¿Te suplico?-… No sé, ¿igual podía hacerme la extraña?
Se dejaba notar, y en su silencio no hallaba parecido. Era todo un personaje, hasta usura de tanta clausura… el viento, por decir algo, se le formaba al lado, apellidándole con unos silbidos, toques de experiencias y lejanías.
Pero más concretamente lo que hacía era estar, ser segundo le valía. Vivía sus años y años de monólogo interior por entre los contrincantes.
–God save the Queen- le lanzó uno con su mejor brillo azul.
Otro le dijo –Yo tenía una granja en África- dándole de lleno a su gloria incierta.
Más él seguía en su bien cercada pequeña joya, lejos de todo y como no sirviendo para nada, eso sí, protagonista como pocos.
Cuan de pronto, en tan jaula de animales, reflejos y apocalipsis vieron los alborotadores que estaban, pero sueltos, aún con la emoción del ser y esa indecorosa sed de faltarles manos con las que empinar sus abrazos… Ese mojón, símbolo de los pasos pendientes superó a todos en sus edades perdidas, pues desde su alter ego les dijo casi que sin ni abrir la boca, enrojecido como todos:
-nunca dejaremos de ser anónimos, la memoria muscular nunca desaparece.
Los de abajo, los de al lado, inclusive la oficiante como que le dieron crédito, pero no mucho, al poco retomó las riendas y transformó lo extraordinario en cotidiano:
-Bien, los tres minutos para perderse han finalizado, soltad las botellas.
Acto seguido de nuevo formaron en corrillo, con esas sillas de paleta o apoya brazos, y extrañaron.
En esa situación de normalidad nadie sabe si habla más de la cuenta o si es que no nos explica su realidad. Eso ya lo sabemos, y que no es un divo negro; algo guarda… tengo curiosidad, de la más buena. Pero es más que ministro: manda y se nos viene arriba. Desde hace tiempo se sabe fuerte con alevosía, y le quedan muchos años de ese golpeo inmisericorde, lo otro sería fraude, y no. Entre todo este ambiente de ira y de culpas que el recién nombrado se cocina, siento agrado: porque nunca se sabe lo que puede ocurrir; ya hubo otras flores de plástico, con exquisita y elaborada compostura, bastante menos malos y ni fueron fantasía ni nos solucionaron realmente mucho más. Hay que recordar, y golpear también… ¿defenderse a toda condición?
No llegó y dijo –Yuhuuu, estoy aquí- sino que se dejó comparar, y lo quisieron, con y sin sus caballos de Troya; y lo tenemos, sí. Ahora vienen los –Ay, ay, ay- dolores partidos que escapan a todo lo inimaginable como si fuéramos tontos… Hasta sus partidarios se dispersan, pero no: son becas, tratos, ínsulas, caos. Va de orden ejecutiva en ejecutiva, y esa reacción es de alabar: cumple para sí. Eso le empareja con lo que dijo, al menos, en eso requeriría admiración… Hasta yo pienso en ser presidente… y rico… y vencer a todos los reveses. ¡Qué hijo de puta!
Otros anduvieron errantes y tampoco viven en los infiernos, desgraciados de sí. Ojalá el cielo sea la única frontera y no admitamos más discursos de hombres solitarios… Triste realidad, y qué confuso. Nadie se libra. Con tan pocas ganas hasta yo me pienso lo de la botella medio llena o medio vacía; porque hemos pasado de vasos a botellas, todo a lo grande, arrasando, criticando, con odio… El 44% de sus conciudadanos apoya el veto migratorio. Es un “todos contra todos y cada uno contra sí mismo”… Los buenos resultados tapan muchas bocas: ya veremos. Por sensaciones, nunca admitirá que la basura es basura. Vamos a hacer buenos hasta los horóscopos. Malo es que ninguno reseñe que los esclavos como tal son descendientes de seres humanos y no de esas otras fuerzas.
¿Se comerá el personaje de ficción al de verdad? Dinero es poder, y hoy en día el engaño es la mejor comunicación entre los países. Ese desafía sin pudor, y no está solo que digamos. Manejan todo tipo de realidades y prohibiciones… Arrogantes y vanidosos, los hay todavía más sinvergüenzas. Pero todo tiene sus tiempos. Lo bueno es que no demora las partidas, y que somos lo que nos afecta. Si no aprendemos de ésta y lo otro, quedaremos como eso: como piedras bien puestas cuesta abajo, por muy adoquines que seamos, y se nos mearán encima, por no decir escupir y dejarnos de lado… ¿Pero y ahora?, ¿cómo le digo yo al banco que no me cobre comisiones?… ¿Aúllo?, ¿grito?, ¿me cago en su puta madre?… Tres tentaciones tengo para convencerme… Culebrean mis piernas. Presidente, rico y vencer… Tal vez… ¿qué extraño?
Cuando estoy solo no puedo ver ni mi mirada, señora oscura. ¡Qué lo sepas en tus días nuevos! Y no es de ayer… y nada más… bueno sí, caprichito. Es hora de pensar en ti: ¿Cómo se nos fue?, quiéreme. Si oscureciera para siempre volvería… ¿Dónde están ahora los otros?, ¿para qué discutir? ¡Eh!, ¿dónde esconderte mis ansias?, que siguen… Y además, sí tú me supieras saber… que no, que no, que no te responsabilizo, pero… antes casi supiste, pero tú y los tuyos y ese erase una vez… cosas destruidas, distraída mía… ¿Y ahora? ¡Sí no fueras! Colores que bañaban… ese vivir tuyo del tanto como eres, ¿Entonces? ¡Sí ni sorbos ni rocío! Ufff, estoy siempre a punto, ¡qué gusto o muerte! Hasta el agua de tu sexo te arrancaría en este momento, líbrame de extrañar.
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